La farmacología y las distintas ramas de la farmacéutica moderna



La farmacología y las distintas ramas de la farmacéutica moderna
La farmacología es la ciencia encargada de estudiar las interacciones entre las sustancias químicas y los sistemas
biológicos, es decir, la acción de los medicamentos sobre los seres vivos. La farmacología se encarga entonces de estudiar la historia, los orígenes, las propiedades físicas y químicas, los componentes, los efectos y los mecanismos de acción, absorción,
distribución, transformación, excreción, así como la utilización y los efectos adversos de los medicamentos.
Los medicamentos son, en gran medida, la terapia elegida para tratar las enfermedades en la actualidad. El desarrollo de un nuevo medicamento requiere de largos años de investigación y de inversiones altas. Es por ello que los médicos, el personal de enfermería y los farmaceutas deben ser tan cuidadosos en el suministro de dichas sustancias a los pacientes, ya que el largo proceso de investigación y desarrollo puede ser inútil si la formulación y la dispensación son inadecuadas, llevando a resultados negativos o indeseados. Con relación a los medicamentos y los productos para la salud, los farmaceutas deben manejar un vocabulario específico para comprender su naturaleza, propiedades y efectos. Entre estos conceptos básicos encontramos:
Fármaco: un fármaco es cualquier agente químico capaz de ocasionar un cambio en el ente biológico o ser vivo que lo recibe. Podemos definirlos también como aquellas sustancias químicas que pueden modificar la actividad celular. Por fármaco
también nos podemos referir al principio activo de un medicamento, es decir, a la sustancia que genera la acción terapéutica.

Droga: la palabra droga viene de la expresión holandesa "droog" y en la actualidad es utilizada para referirse a los medicamentos así como también a ciertas sustancias ilícitas o de abuso que generan dependencia o adicción.

Medicamento: los medicamentos son sustancias químicas que al interactuar con los sistemas biológicos tienen un efecto de curación o mejoría en las enfermedades. Son utilizados con el fin de prevenir, diagnosticar, aliviar, tratar o curar las enfermedades, en personas o animales. Los medicamentos pueden dividirse en grandes grupos, dependiendo de su origen o de las restricciones que haya para su venta al público: medicamentos innovadores, genéricos, de venta libre y de prescripción.

Los medicamentos innovadores son aquellos que apenas han sido puestos a la venta por un laboratorio y que, debido a la protección de patentes, solo pueden ser comercializados por este laboratorio. Generalmente, cuando la patente de un medicamento se ha vencido, los demás laboratorios tienen la posibilidad de elaborar su propia versión del medicamento, produciendo lo que conocemos como medicamentos genéricos.

Los medicamentos de venta libre son los que no requieren una prescripción médica para su venta al público. Los medicamentos de prescripción son aquellos que se comercializan unicamente bajo receta médica.

Excipiente: un excipiente es el vehículo en el cual es transportada la sustancia activa de un medicamento. Es, entonces, el medio utilizado para dar una forma conveniente al medicamento.

Forma farmacéutica: la forma farmacéutica es el aspecto físico del medicamento o su presentación. Algunos medicamentos pueden presentarse en distintas formas farmacéuticas que incluyen las tabletas, las cápsulas y las cremas, entre otras.

La farmacología contemporánea ha dado origen a múltiples ramas de estudio dentro de su propio campo de conocimiento
como:
  • La farmacoeconomía.
  • La toxicología.
  • La farmacoterapia.
  • La farmacología clínica.
Dos de las más importantes subdivisiones de la farmacología son la biofarmacia (conocida también como farmacodinamia)
y la farmacocinética. Estas ramas de la farmacología se complementan y apoyan entre sí.
La farmacodinamia estudia la interacción entre el organismo y el medicamento, y la farmacocinética se ocupa de analizar la forma en que el medicamento se mueve dentro del organismo. En otras palabras, podemos afirmar que la biofarmacia o farmacodinamia se encarga de estudiar los efectos que surten los medicamentos sobre un organismo determinado y sus distintos mecanismos de acción. Como efecto, podemos entender toda modificación bioquímica o fisiológica generada por el medicamento al entrar en contacto con el organismo y podemos definir como mecanismo de acción, las modificaciones que pueda generar en el plano molecular.

La farmacocinética, por su parte, tiene un enfoque más cuantitativo que la farmacodinamia, ya que explica la forma en que el organismo influye sobre las concentraciones de un medicamento y sus metabolitos (los metabolitos son las sustancias derivadas de las reacciones químicas producidas por el medicamento al interior del organismo). Esta concentración se altera mediante cuatro procesos básicos:
  • La absorción.
  • La distribución.
  • El metabolismo.
  • La excreción.
La absorción de un medicamento es el proceso mediante el cual el organismo permite la entrada del componente activo del mismo al torrente sanguíneo, que es el encargado de su distribución hacia los distintos tejidos del cuerpo. El metabolismo es el proceso mediante el cual el hígado y otros tejidos orgánicos descomponen el principio activo del medicamento y son las sustancias resultantes de este metabolismo, las que actúan sobre los tejidos y generan el efecto terapéutico del medicamento.
Finalmente, la excreción es el procedimiento mediante el cual el organismo se deshace del fármaco, sus metabolitos y los desechos derivados de la interacción en los tejidos y las células. La farmacocinética y la farmacodinamia de cualquier medicamento dependen de varios factores entre los cuales encontramos:
  • Las condiciones de salud del paciente.
  • La frecuencia de administración del medicamento.
  • La vía de administración del medicamento.
  • La dosis indicada por el médico.
Las vías de administración más importantes del medicamento son la vía entérica, la vía parenteral, la vía tópica, la vía transdérmica y la vía oftálmica. Un medicamento es administrado por vía entérica cuando el objetivo es que su absorción se realice a través de una de las mucosas del sistema digestivo. La vía parenteral se refiere a todos aquellos medicamentos que son administrados por fuera del aparato digestivo. La forma más común de administrar un medicamento por vía parenteral es la inyección. La principal ventaja de la aplicación de un medicamento a través de una inyección es que se evita el paso del principio activo por el sistema digestivo, por lo cual se puede tener una idea más precisa de cómo actuará sobre el organismo y qué concentración del mismo alcanzarán los tejidos.
Los medicamentos que se administran por vía tópica son aquellos que tienen forma de ungüentos, geles y cremas, que se aplican directamente sobre la piel y son absorbidos a través de ella. Otros medicamentos pueden ser administrados por vía inhalatoria y llegan directamente a los pulmones, de donde pasan rápidamente al sistema circulatorio. Los únicos medicamentos que se aplican por vía ocular son precisamente aquellos cuya acción debe presentarse en el tejido de los ojos. La administración de dichos medicamentos es complicada, pero la absorción de los mismos es rápida y efectiva.

También existen otras vías de administración de los medicamentos como la ótica (a través de los oídos), la nasal (a través de la nariz) y la vaginal (a través de la mucosa vaginal), pero generalmente los medicamentos administrados por esta vía tienen un efecto local.
La dosificación de los fármacos
La dosis se refiere a la cantidad de medicamento aplicado al organismo. La dosis efectiva de un medicamento depende de las condiciones del paciente y de la enfermedad. La dosis es un asunto de cuidado, ya que si se aplica una cantidad insuficiente de medicamento, este podría no tener ningún efecto sobre el paciente, pero si por el contrario se excede, es posible generar efectos nocivos sobre el organismo.

Son los médicos y odontólogos quienes determinan la dosificación y la frecuencia en la administración de un medicamento. Existen casos especiales en los cuales se debe tener especial cuidado en la dosificación, como con los niños, los ancianos, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades crónicas como la diabetes y desórdenes en los órganos encargados del metabolismo y la excreción de los medicamentos, como el hígado y los riñones.

Cuando se dispensen medicamentos de prescripción es necesario que el paciente se adhiera firmemente a las indicaciones
sobre dosis y frecuencia de administración dadas por el médico en la fórmula. Cuando se trate de medicamentos de venta libre es necesario que el farmaceuta recalque al cliente que siga las instrucciones presentes en la etiqueta del medicamento.